El grito


Quiero gritarte que te amo
que te siento dentro mío
intenso y voraz.
Eres un fuego eterno
que clama en mis entrañas
pero que se transmuta
en paz y alegría
.
Te amo como hijo, como niño,
como padre
, como amante,
con esa pasión feroz
que
se transmuta
en ternura y compañía.
Qué sortilegio lúgubre nos condena

qué magia nos envuelve
que sólo nos reune
desde más allá
de lo carnal
en un mundo de silencios y miradas
que tienen un horizonte:

la libertad de nuestros espíritus.
Las pequeñas y perversas encrucijadas
de la vida que no ofrecen ninguna posibilidad
no existió un principio, existirá un final? y,
sin embargo
, se construye un lazo complejo
que se multiplica en acciones
plenas de bienestar, respeto y confianza
...
No obstante, mi grito yace y,
a veces, se convierte en lamento y,

otras, en oración
pero,
siempre, llena el vacío de mi corazón.
Y, a veces... lo ahonda hasta la desesperación
es ahí cuando me lleno de angustia y desolación.
No debe existir la esperanza y la ilusión en el páramo.


Te amo...

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