La Mudanza del Alma
Cuando las experiencias de vida son tan radicales, cuando uno vive a fondo y se quema en el fuego del infierno intentando sentir hasta la última gota de calor, de dolor. Cuando una vive a fuerza de pasión, de voluntad y de sentimiento, adicta a la adrenalina que esa forma de vida nos produce... Cuando luego viene el final esperado, el camino se termina y, a la velocidad que uno lo transita, el golpe y la caída es fuerte. Nuevamente se muerde la tierra y la dureza de la tierra nos golpea la cara, las manos y el pecho queda vacío. Incluso, a veces, el corazón hasta deja de latir y una cree que va a morir... Es una forma de vivir que algunos/as sobrellevamos en nuestra esencia a fuego y muerte. Morimos tantas veces porque es la manera que conocemos para volver a comenzar. Un tropezón no es caída dice el dicho, pero que para algunos/as las caídas son abismos de ida y vuelta. "Aprehender" el sentido de la vida de esa manera no es fácil, creo que hay que tener pasta, necedad o fort