De Ginamaría a mi abuelo Rolo





Buscando un video me reencuentro con Ginamaría Hidalgo y mi memoria se retrotrae a mi preadolescencia en Monte Grande, en la casa de mis abuelos.

A mi abuelo Rolo, le habían regalado un long play de Ginamaría y, todas las tardes —y si podía todo el día—, lo ponía una y otra vez.

Con un alargue y un banquito ponía el wincofón en el jardín y el disco eterno de Ginamaría que cantaba hasta la pudrición de una adolescente en sus veranos con sus abuelos.

Hasta que mi abuela, con un grito, le decía que lo sacara y ahí, con protesta y discusiones, se apagaba hasta el otro día con la misma escena, día tras día.

A todo esto, mi abuela tenía un loro (tuvo varios y casi todos se llamaban Pancho) que, al escuchar tanta repetición, aprendió a manejar los acordes agudos de Ginamaría.

O sea que, además de tener que escuchar hasta el hartazgo el disco de mi abuelo, el loro se encargaba de hacerle el coro...

Con los años la memoria aflora imprevistamente con retazos de vivencias olvidadas. Y, lo que resultaba odioso hoy, nos llena de nostalgia... porque ya no están, porque los recuerdo a Rolo e Isabel jóvenes y vitales, con una vejez distinta y mucho más digna de la que hoy nos toca vivir. Porque fueron mi referente de los meses de verano en donde los pasaba siempre con ellos (fuera en el Delta o en Monte Grande donde ellos vivían).

Porque en la medida que el tiempo se nos escurre entre los dedos y nos acercamos a ser pares generacionales uno comprende que todo llega inevitablemente y, resignifica, con toda la tristeza, esa adolescencia olvidada y, desde el recuerdo fastidioso de ese presente de ayer —y que hoy te sorprende—, se convierte en un recuerdo hermoso de lo que ya no existe más.

A veces pienso, cómo hoy me estarán percibiendo mis nietos con sus escasos años y si quedaré en el recuerdo de ellos en algún detalle tonto o cotidiano... Los pequeños detalles que dan sentido a la trascendencia.

Como dice la estrofa de la "Canción de las Simples Cosas" (de ahí empezó mi búsqueda que terminó en el video de Ginamaría y que explotó en mi mente y corazón este recuerdo);

Al fin la tristeza es la muerte lenta 
de las simples cosas 
de esas cosas simples 
que quedan doliendo en el corazón. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Las palabras no deben morir: Tirifilo/a

Sobre el Apego

Osho: La soledad es fundamental