Ingrid, bella e indómita

Ingrid 15 años y medio nació en casa. Se cierra un capítulo de mi vida de 20 años con cockers, su mamá Shila, su hermano Chuby que ya partieron, verlos nacer en mi casa a ellos y a otros 5 cachorros más.

Tanto camino recorrido, su adicción: comer caca de otros perros en la calle, escaparse, no obedecer, empaparse en cuanto charco encontraba y correr siendo libre.

La naturaleza adolescente de un cocker y su libertad. Inolvidable experiencia afín a mi espiritu indomable y transgresor.

Fue un buen animal, hizo siempre lo que se le cantó jajaja y se resistió, no queria irse. Amo ese espíritu: pelearla aunque ya no se de más. Mi recuerdo para Ingrid Mask Rockrose, un cocker ruano azul con genes de campeones. Una salvaje absoluta!! Te amé a nuestro estilo. Gracias por emperrarme tanto.

Ayer la bajé y apenas podía sostenerse, el pasto estaba largo porque había llovido y se fue deslizándose y quedó acostadita con el viento, el sol y la trompa tapadita entre el pasto, recé porque en ese momento Dios se la llevara al cielo de perros y no tener que llevarla al veterinario porque ya sabía el final...

En el veterinario no le encontraban las venas para ponerle el pentotal (siempre fue así cuando le tenían que sacar sangre) o sea que tuvieron que ponersela directo al corazón, aún dormida yo sabía que no quería irse pero tenía a lo sumo 5 días más de vida, ya no podía respirar. Creo en la eutanasia porque da dignidad, creo en la tanatología (ciencia de la muerte) porque te ayuda a lo inevitable, la muerte tiene una dignidad y una magnificencia impresionante, si uno cree en ella y no tiene miedo de irse. Por eso cuando el cuerpo no da más es momento de no prolongar la agonía, ojalá lo hicieran conmigo el día que me tuviera que morir. Todo tiene un final y hay que afrontarlo siendo fuertes por eso la sabiduría es vivir el AHORA PLENAMENTE, después flaco,
cagaste! es demasiado tarde.

Cuando la llevaba al veterinario en brazos, rumbo al auto, quiso bajarse de mis brazos, caminó, hizo pis y miró el parque, sabía lo que iba a suceder...
Esos tres recuerdos: el parque a la mañana, antes de ir al veterinario su paseo por el jardín y el pinchazo directo al corazón quedarán ahí, son míos y me los guardo.

IN-DO-MI-TA desde una fortaleza y testarudez de la raza y un "me chupa un huevo" increíble, fue una perra enigmática con su madre y su hermano dominantes creó su propio espacio.
Sus ojos de estos días llenos de lagañas y mirándome y diciéndo: qué hacemos? cómo sigue esto? mis propias preguntas ante mi vejez inminente que se cuela lentamente en mis huesos y en mi alma. La fuerza de gravedad y su presión permanente que nos lleva al final del camino se cuela, se cuela y no se puede detener aunque el espíritu trascienda más de una vida...

Mi recuerdo... hermosa Ingrid. No te extraño, la vida sigue. Seamos fuertes vos me lo enseñaste ayer.