Mujer II: George Sand


La escritora francesa George Sand escribió novelas memorables: al comienzo, fue un pilar en la conformación de la narrativa romántica, pero la evolución de su literatura también la llevaría a ser un punto de referencia de la novela realista de mediados del siglo XIX. Sin embargo, morbosamente, fueron los detalles antes apuntados de su vida los que la convirtieron en leyenda. Una anécdota pinta el receptáculo de agresividad que constituyó su vida contra la norma: antes de morir, el resentido ex –marido de George Sand, Casimir Dudevant, pidió al gobierno una orden de condecoración por haber tenido el coraje de aguantar públicamente el peso de haber estado casado con la defenestrada George Sand. Y otra joyita: la escritora tuvo que sacar del colegio a su adolescente hijo Maurice porque todos sus compañeros le decían que su madre era una “putaine”.

En efecto, la vida sexual de George Sand se hizo pública y mítica: los lectores automáticamente trasladaban las heroínas de ficción de las novelas de Sand a la realidad, e identificaban a la autora con los personajes surgidos de su legítima capacidad creadora. El colmo llegó en pleno siglo XX, en 1952, con la biografía de la escritora compuesta por André Maurois, pero titulada nada menos que Lélia (el nombre de la protagonista de la tercer novela de Sand). Lélia, según la pluma de su autora, es una mujer torturada por la insatisfacción y por la imposibilidad de cumplir hasta el fondo sus eróticos anhelos. Maurois asimiló autora a personaje. A mediados del siglo XX, entonces, el prejuicio de una Sand patológica seguía vivo.

Hoy, las biografías modernas muestran una George Sand que mantuvo muy diferentes relaciones con variados seres humanos. Fue una gran experimentadora y una gran imaginadora que primero escribía y después ensayaba y vivía. En su vida sentimental hubo de todo: desde un matrimonio en principio monógamo y frustrante, hasta el amantazgo con un joven escritor de 19 años, Jules Sandeau, que se colaba en su château por la noches para quedar ambos exhaustos y llenos de dicha y de mordiscos, después de largas sesiones de sexo. Hubo también un amor lesbiano por una gran actriz, Marie Dorval, amante a su vez del poeta Alfred de Vigny. Hubo bochornos, como el fallido intento con el donjuanesco escritor Prosper Mérimée (el autor de Carmen) que se jactaba de sus proezas en la cama, pero que con Sand no tuvo éxito, lo cual fue vox populi. Hubo varias relaciones con hombres más jóvenes en los cuales George Sand desplegaba una gran ternura maternal, una necesidad de abrazar y besar que tal vez hablara de la separación temprana con la madre.

Pero la mayoría de las veces, las relaciones que buscó Sand estaban llenas de varios componentes: erotismo, amistad, afecto físico, y grandes conversaciones o escritura epistolar. Si tuvo una lista sustanciosa de amantes de gran prestigio artístico e intelectual, era porque el tipo de relación que establecía aunaba el corazón, el sexo y el cerebro, en una mezcla indivisible. Todos los testimonios coinciden en que era más bien tímida y modesta, pero una vez instalada la chispa del carisma, establecía relaciones humanas profundas, inolvidables.

Sand y los pantalones.

La idea de vestirse de hombre para andar libremente por París se la sugirió a Sand su propia madre: “Cuando yo era joven a tu padre se le ocurrió que me vistiera como un muchacho. Mi hermana hizo lo mismo, y así íbamos a todos lados a pie, con nuestros maridos, al teatro. Significó una gran economía en nuestros hogares”.“La idea al principio me pareció divertida y después muy inteligente. Como ya había estado vestida de varón en mi infancia y había salido a cazar con blusa y polainas no me resultó nada difícil volver a una vestimenta que no era nueva para mí. En ese entonces la moda ayudaba bastante. Los hombres vestían unas largas chaquetas rectas, que caían hasta los talones.(...) De modo que me hice hacer una chaqueta de grueso paño gris, con el pantalón y el chaleco iguales. Con un sombrero gris y una gruesa corbata de lana parecía un estudiante de primer año. No puedo expresar el placer que me produjeron mis botas, hubiera querido dormir con ellas (...). Con esos pequeños tacos herrados me sentía firme sobre el piso. Recorría París de punta a punta. Me veía capaz de dar la vuelta al mundo. Salía con cualquier tiempo, volvía a cualquier hora, iba a la platea a los teatros. Nadie me miraba ni desconfiaba de mi disfraz. (...) Pese a que en este extraño modo de vida no había nada de lo que yo pudiera avergonzarme, lo adopté teniendo clara conciencia de las consecuencias que podía tener sobre mi reputación y las condiciones de mi vida.(...) Sin embargo, parecía que el destino me empujaba. Lo sentía imbatible y estaba decidida a que así fuese; no un grandioso porvenir, era demasiado independiente en medio de mi fantasía para alimentar cualquier tipo de aspiración, sino tan sólo un destino de libertad espiritual y aislamiento poético, en una sociedad a la que no pedía más que olvido y condescendencia para que me permitiera ganar mi pan cotidiano sin esclavitud.” (Tomado de George Sand: Historia de mi vida, Parsifal, Barcelona,1990).

De Aurora a George

Escribir, al principio en común con su amante Jules Sandeau, la introdujo en el mundo cultural del París de 1830 que hervía con el fuego del Romanticismo. En 1832, publicó su primera novela, de su total autoría, con el seudónimo que la hiciera célebre: el libro mágico se llamaba Indiana, y sería un éxito arrasador. De un día para otro, dejó de ser Aurora Dupin y fue para siempre George Sand: descubrió que escribir le resultaba asombrosamente fácil, que tenía un estilo fluido, que atrapaba a los lectores, que a pesar de su seudónimo masculino, todos sentían en sus textos la particular visión de su ser mujer, y, sobre todo, descubrió que escribir libros era una gran llave para ganarse la vida.

No paró de allí en más: además de cuentos y obras de teatro, las novelas se sucedieron una tras otra: Valentina, Lélia, André, El marqués de Villamar, Consuelo, Mauprat, La charca del diablo, La pequeña Fadette, Francisco el Expósito, Ella y Él, etc. etc. Luego de las primeras novelas románticas, su estilo se volvió más depurado, hasta llegar al período del impecable realismo campesino de Francisco el Expósito, una verdadera obra maestra sobre una joven molinera que cría un niño abandonado y una vez viuda termina casándose con él.

Sand discutía constantemente sobre el hecho de escribir con sus colegas. Las conversaciones con Balzac eran eternas , interminables. Las cartas que se cruzó con Flaubert están llenas de ideas, cuestionamientos y consejos. Sus interlocutores son la pléyade de escritores número uno de su tiempo: además de los mencionados, dialogó con Dostoievsky, Turgueniev, Dumas, Elizabeth Barret, Víctor Hugo, Baudelaire, Teófilo Gautier y muchos otros.

Fue una autora increíblemente prolífica. Algunos de sus libros, como la propia Indiana, resultan hoy difíciles de recepcionar para el lector contemporáneo, porque las concesiones a la moda del Romanticismo interceptan la historia con un lenguaje saturado de descripción de emociones. El mismo problema debe enfrentar aquel que abre en el año 2004 un libro de Victor Hugo, de Walter Scott o de Lord Byron, aunque la belleza de las imágenes y las poéticas percepciones del inconsciente los siguen erigiendo en maestros a todos ellos.

Pero Sand fue longeva y su vida muy plástica: siempre estuvo investigando y probando nuevos caminos. Varias de sus novelas permanecen vivas y son un ejemplo redondo de narrativa realista, como la breve y magistral La charca del diablo. La obra de Sand aún es profundamente perturbadora: su interés por los amores desiguales, por los cruces de clases sociales y las diferencias de edad, por la violencia entre los sexos, por el ahondamiento en las relaciones incestuosas y por la exposición de los intercambios de roles y de expectativas de género, la hacen una lectura fundamental para comprender el nacimiento de la novela moderna.

Fuentes biográficas:

-George Sand, de Belinda Jack, Javier Vergara, Editor, Barcelona, 2001,429 pág.
-George Sand, escritora indomable, de Soledad Vallejos, Longseller, Buenos Aires, 2001, 159 pág.
-George Sand, de Alfonso Séché y Julio Bertaut, París/Buenos Aires, 1913, 188 pág.

Material Extraído de: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/blanque/george_sand.htm

Sitio Oficial (en frances)

Chopin y George Sand

El encuentro entre Chopin y George Sand tuvo lugar en Paris, un 13 de diciembre de 1836. Chopin dice de ella: "He conocido a una gran celebridad, pero su cara no me es simpática, no me ha gustado nada. Incluso hay en ella algo que me repele".
Cuando Chopin sufre el asedio de George Sand pero al fin, se enamoran.
Durante el invierno de 1838-1839 hicieron un viaje a las Islas Baleares, y sorprendidos por la hermosura del lugar, permanecieron todo el invierno en Valldemosa, lo que hizo, a partir de entonces, que el nombre de Valldemosa quedara para siempre unido al de Chopin.
George Sand se llevó allí también a sus dos hijos y, ajenos a los múltiples comentarios de la época, mientras Georges Sand terminaba unas páginas célebres, Chopin compuso la mayoría de sus Preludios.
Su estancia en Valldemosa fue el comienzo de casi diez años de vida en común, aunque los veranos solían pasarlos en el Castillo que Georges Sand tenía en Nohant.
Aquel invierno de 1838, George Sand eligió ir a Mallorca llevando a sus dos hijos.
Muchos problemas y tabúes de aquel entonces ensombrecieron algunos de los días de los dos amantes, pero su amor pasó por encima de todo.
Chopin escribió en Valldemosa la mayoría de sus Preludios y Georges Sand terminó sus páginas célebres.
Alquilaron un pequeño apartamento en la Cartuja de Valldemosa, un antiguo Monasterio, abandonado por los monjes en 1835.
Tiempo después de regresar a París, en 1847, rompen su relación, y la salud de Chopin se deteriora con gran rapidez desde entonces.Fallece el dia 17 de octubre de 1949.

Comentarios

  1. Asi te veo yo..una mujer fuerte..que salio adelante..que todo lo puede, bien como dijiste vos..si queres.
    se que podes...todo se puede!!
    una luchadora una guerrera.

    bien te viene el nombre del blog: Bitacora..siempre se mantiene de pie..a pesar de los movimientos, los balances que ocurren en el afuera.lo cual no quiere decir que no te importa el afuera...sino que siempre seguis..luchas contra la corriente, siempre guiada en lo que queres..en lo que queres lograr..sos la guia de tu vida.
    sos vos! y eso importa..
    "El mundo es solo para vos"..."hoy vas a ver que lo has logrado" como la canción...

    te quiero mucho!!

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