Los Menos Pensados


Extraído de El Blog de Gatúbela. 28 de Julio del 2007

Siempre me gustó la teoría del Menos Pensado.

Hombres o mujeres que de un día para el otro matan a alguien o se suicidan sin explicación y sin preámbulo.

Años y años manteniendo una imagen de urbanidad para no levantar sospecha hasta que el reloj de la locura se clava en las doce y media para siempre.

Así funcionan las células dormidas de los terroristas. Los elegidos se mudan a una ciudad que tengan como objetivo futuro, se casan, trabajan duro, tienen hijos, pasan años, algunos se nacionalizan, otros son presidentes del consorcio y un día se cargan la mochila con explosivos y se tropiezan en un mercado lleno de gente.

Me atrae la idea de vivir entre Los Menos Pensados sin saber quiénes son, qué ocultan, o de qué serían capaces. Siempre tuve la secreta pretensión de observarlos y descubrirlos a tiempo, sin embargo es muy difícil y nunca los elegidos dan el paso que les falta para confirmar nuestras sospechas, pese a haber cumplido con casi todos los requisitos. En cambio otro, uno que no habíamos tenido en cuenta, un día cualquiera se levanta, toma un revolver que nadie sabía que tenía escondido, mata a su mujer, mata a sus dos hijos y luego se vuela la cabeza.

Acto seguido del horror, todos en el barrio aclaran, por las dudas, que se trataba de una buena persona, trabajadora y muy educada que saludaba cortésmente a los demás.

Saludar da créditos, lo saben los que lo saben.

Unos días después, conforme avanza la investigación, nos venimos a enterar que el Menos Pensado tenía una colección de revistas neonazis, un par de denuncias silenciadas por maltrato o abuso de armas, y un padre que había matado a un hermano momentos antes de suicidarse. Poco a poco el Menos Pensado pasa a ser el Candidato Ideal. Entonces las viejas del barrio, pasado el estupor, comienzan a recordar que al tipo más de una vez lo habían sorprendido en la terraza con binoculares espiando otros edificios y masturbándose, o que alguna noche se habían oído gritos de su mujer desesperada, o que alguien lo había descubierto en cierta oportunidad entrando a un hotel de alojamiento en otro barrio, con otra ropa, y con otra mujer.

El Menos Pensado se ha convertido en El Candidato y ya a nadie le sorprende nada.

Sacan los cuerpos en bolsas, los suben a una camioneta azul de la Policía Federal, y la casa maldita permanece cerrada durante años hasta que finalmente la ocupa una nueva e inocente familia a la que todos en la cuadra miran con lástima sin decirles por qué.

Aún hoy mantengo la fe intacta a la hora de anticiparme a las acciones de Los Menos Pensados, tengo mis aspirantes, pero no los digo en voz alta para no disuadirlos.

Sin embargo, en más de una oportunidad yo misma me he encontrado al borde de tomar decisiones brutales y sin sentido. Mas de una vez me he quedado mirando la caída asomada a la ventana de un piso diez, sin entender muy bien qué es lo que me impide volar.

Entonces entiendo que los Menos Pensados no están predestinados más que al suave cambio de una brisa otoñal que les descubre el crucigrama del corazón negro.

Por eso, de un tiempo a esta parte, no solamente los vigilo a ellos, sino que también me observo a mí misma con cuidado al pasar por un espejo preguntándome sin querer oír la respuesta:

¿De qué serías capaz? ¿De qué serías capaz aunque aún no lo sepas?



Link Imagen: Andres Serrano. El dedo en la llaga

Desde sus comienzos, a principios de los años ochenta, hasta la actualidad, las fotografías de Andres Serrano (Nueva York, 1950) no han dejado de abordar los asuntos más controvertidos y polémicos del convulso mundo en el que vivimos. Por las sucesivas series fotográficas de Andres Serrano –que desde mediados de 1980 recurre siempre a la serie como modo de trabajo– han pasado igualmente los numerosos tabúes que aún perviven en nuestras sociedades.

Serie La Morgue de Andrés Serrano

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