Amar el diseño

Más allá de los avatares de ser un laburante independiente que mes a mes vive con cierta incertidumbre económica, me considero una privilegiada al poder trabajar de lo que amo: el diseño.
Diseño cuando miro, huelo, toco y respiro. Diseño con los cinco sentidos pienso y vivo diseñando.
La posibilidad de ver y sentir en un parámetro distinto en donde te obliga a no descuidar nada, ningún detalle, ninguna tendencia, de percibir lo que se viene, de descubrir permanentemente lo que fluye y surge y sin olvidar nada.
Es un eterno aprendizaje hacia atrás y hacia adelante. Te mantiene siempre en la cresta de la ola y te genera una adrenalina permanente que pulsa, impulsa tu vida.
Es una profesión de riesgo (siempre se trabaja para antes de ayer), de sinsabores creativos (la mediocridad del gusto del cliente), de sugerir lo correcto para que se termine diseñando lo incorrecto (el terror al espacio en blanco, logo grande y en color chillón, tipografía cuerpo catástrofe). Es una profesión dura, poco reconocida y la mayoría de las veces no cubre el precio presupuestado el trabajo realizado (los cambios, las correcciones, las demoras....)
Jamás te van a felicitar el logro pero siempre te van a llamar para insultarte aún cuando los errores no son culpa tuya. Somos el jamón del sandwich entre el imprentero y el fotocromista, el que hace la peor parte y el que cobra menos.
El trabajo es un factor importante en la construcción de nuestra identidad, se habla de deformación profesional cuando la profesión termina siendo fundante.
Yo soy diseñadora, mala? buena?, estoy orgullosa de trabajar en lo que me gusta y de mantenerme con mi trabajo. De poder sobrevivir día a día mango más o menos a los 49 años cuando uno ya está fuera del mercado laboral, donde uno es "viejo" y no hay aviso clasificado que te contemple. Tengo un inmenso curriculum que sólo es mío y los que de alguna manera respetan mi forma de trabajar y de dar servicios a mis clientes: Ponerse la camiseta y resolver problemas.
Para un aviso clasificado no existo, la terrible cantidad de años es el principal impedimento, no existís, no te leen, no sirve, es vieja. La pelea con la vida entonces se dificulta y tu bagaje de experiencia y profesionalismo se diluye quedando solo una cantidad (los años) como único objeto importante en el significado profundo de una persona activa, experimentada pero "vieja".
Formulas infalibles de esta economía limitativa, de las tendencias del mercado. Lo que antes era valioso y que construyó la historia hoy queda invalidado.
No pretendo con esto iniciar una guerra de sexos, de edades, para nada. La juventud es valiosa y debe ser respetada y valorada pero los viejos no somos inservibles somos tan valiosos porque tenemos experiencia aunque, obviamente, no somos manuables (forreables?).
Aun sin perder las esperanzas de calificar (utópica idealista) ahora se puede poner un video de you tube como portfolio en Bumerang (que paquetería multimedial!!!) y aunque sé que no me va a ver ni el loro no pude resistirme a estas innovaciones tecnológicas a la hora de competir en los curriculum vitae.
Y para este blog es mi propio homenaje vanidoso a mi querida profesión de diseñadora.



Largo? Tedioso? y sólo es una pequeña muestra de mi gran CV!!

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