No tiene identidad

La verdad este viaje al pasado es escabroso y remueve viejas heridas que creía olvidadas. Un largo camino de olvido y que merezco recorrerlo y permitirme compartirlo en esta blogósfera de voces que intentan comunicar algo, fundamentalmente comunicarnos hacia adentro en la esperanza de que a alguien le sirva.

Remarco estas frases que no pueden describir mejor lo que hicieron con nuestra identidad (nacional y personal de todos los que vivimos esa época) y que son los males que heredaron las nuevas generaciones llenas de hastío.

...pero una madrugada forzaron las puertasnos allanaron el desván
y la memoria decidieron por nosotros en mitad de la dudanos quitaron los fantasmas y los papeleslevantaron un cepo de palabrasy un corral de miedos donde abandonarnos..."

Somos culpables desde el silencio y desde la ignorancia. El no pelear por los derechos, el no vivir con ideales y valores, en elegir el facilismo, la comodidad, el confort, el no compromiso. Tuvimos la culpa en no dar un mensaje a nuestros hijos y llenarlos de cosas sin enseñarles el significado.

Las palabras de Videla:

es una incógnita
es un desaparecido
no tiene identidad
no está...


Quién pudo haberle alcanzado este vocablo a Videla para justificar tanta ignominia para explicar lo inadmisible: el crimen, la tortura, la muerte, el dolor, la angustia, la ausencia, el horror...

No creo que haya sido tan brillante construyendo con ese vocablo toda una idea que pudiera relativizarlo todo. Cómo esa palabra puede abarcar tanta vida, tanta muerte, tanta historia, tantos años y que aún hoy (los hechos así lo demuestran con Julio Jorge López) aún existe y está viva y que aún puede golpear y seguir provocando daño. Creo que estas son las malas palabras.

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