La resignación ante la muerte

Parecerá tonta la reflexión y de donde surge. Mi pajarito (un jilguero que me acompaña desde hace ya 9 años) se está muriendo hace muchos días.
Aunque desde mi visión humana y egoísta hay días que lo veo mejor y tengo la esperanza de que se recupera, la enfermedad (sarna de patas) día a día lo va minando en su lucha por vivir.
Mientras los humanos nos desesperamos y peleamos a la muerte, lo animales resignadamente siguen con su hábitos y van muriendo día a día. Con la resignación simple y sin razón que significa estar a las manos de Dios.
Yo le pongo su remedio, yo le doy lechuguita, lo observo y me duele el corazón por verlo mal, y el desde su amor me mueve sus alitas y se conmueve cuando le hablo y se muere poquito a poquito.
Espera que su tiempo llegue, no sabiendo cuál será, espera y mientras vive en estado de gracia. Ese estado que te da la sencillez, la humildad, la resignación del no pensar y de entregarse a las leyes superiores y naturales.
Desde otro extremo mi abuela con sus 94 años vive en estado de lucha y no resignación ante su propia vejez, encerrada entre cuatro paredes de un geriátrico lujoso que mi mamá pensó que es lo mejor para ella.
Mientras un espiritu libre y luchador que se superó ante todos los embates de la vida intenta seguir manteniendo su dignidad y pelear a su propia vejez y a sus propias limitaciones físicas y mentales, lejos del amor de la familia, lejos de su habitat, lejos de su dignidad, pero "cuidada"...
Entendemos como resignación la claudicación de las fuerzas mientras que todas las religiones hablan de un estado de paz y entrega a un ser superior que en definitiva tiene los designios sobre nuestra vida y nuestra muerte.
Ambos extremos (mi pajarito y mi abuela) se reunen en el mismo plano que es la muerte, el final de todo camino, en dos posturas diferentes, trágicas y dolorosas a mi forma de ver (como espectadora) pero en ambas no hay alternativa sino espera del tiempo que les toca...