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La Puta Vieja - Literatura

Si proclamo que soy una puta vieja, nadie puede decir más, disuado a los insultos. Ya no se me puede ni escupir a la cara.* Jean Genet - * SANTA MARÍA DE LAS FLORES, 1942 - Prisión de Fresnes LA CULPA 22-FEB-03 --¡Oscar, espera!- La voz de Julia lo detuvo en seco. Frente a él, la noche sin luna, oscura, de llanto ahogado, silenciosa. A su espalda, saliendo del cuarto, la figura turbada, el rostro asustado de Julia. Oscar no volteó a verla, tampoco respondió a su llamado, sólo se detuvo. Tenía miedo, tanto miedo a sí mismo que deseó correr, adentrarse en la noche y perderse. Quería huir, escapar, como si fuese un fugitivo, correr y correr hasta reventar los pedazos dispersos de su corazón. No parar, no descanzar, sólo correr. ¿Adónde? Eso no importaba, escapar, huir era lo único que cobraba sentido en ese momento, lo único a lo cual debía su existencia.¿A caso no la vida es un huir continuo? Y esa verdad, cruel, la sabe más que nadie el fugitivo, el que huye la sabe y carga ese sabor re

LA MUJER MADURA

Por Graciela Moreschi Antes , la edad brindaba privilegios que compensaban ciertas pérdidas naturales. Hoy, endiosamos la juventud negando sus dificultades. Es que la experiencia parece no importar porque la realidad presenta situaciones permanentemente nuevas y cambiantes. Pareciera que nadie advierte lo eterno de la problemática humana, ni tampoco se valora la perspectiva que adquiere la mirada. Los valores que importan están ligados a la juventud, pero los maduros tenemos tres caminos. • Negar nuestra edad y hacer movimientos desesperados para disimularla. • Asumirla burlonamente con cínicas bromas sobre nuestras carencias. • Intentar rescatar el camino transitado y los frutos que nos han dejado. Yo prefiero esta última opción. Considero que cualquiera de las anteriores socava nuestra estima y termina por lastimarnos muy profundamente. Lucir como de treinta no solo nos detiene y acartona ]( es evidente el endurecimiento de algunos rostros que han perdido gestos y naturalidad) , s

El Miedo al Ridículo

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Trastorno de Ansiedad Social - Fobia Social La fobia social es uno de los trastornos de ansiedad más comunes. Se manifiesta como miedo al ridículo , a cometer errores, a hacer un "papelón" o a la humillación en situaciones en las que uno está expuesto al juicio de otros o en las cuales uno tiene que actuar. Este temor es mucho más fuerte que la ansiedad normal que experimentan la mayoría de las personas que no son fóbicas en las situaciones sociales o en las que tienen que desempeñarse en público. A menudo es tan fuerte que directamente causa la evasión de la situación, a pesar de que algunas personas que padecen fobia social pueden atravesar la situación en cuestión aunque con una ansiedad considerable. En líneas generales, el miedo es a decir o hacer algo que causará que los otros lo juzguen como ansioso, débil, “loco” o tonto. El miedo en general no guarda proporción con la situación, y es reconocido por la persona que lo padece como excesivo. En el caso de los niños que t

AMA SIN VERGÜENZA

La persona que resulta de la sociedad autoritaria puede estar viva biológicamente, pero su amor esta muerto, asesinado, y es preciso -y posible- resucitarlo. Roberto Freire convoca a los amantes todavía disponibles y enteros, a guerrear con el corazón, la piel, el sexo, y sobretodo con la poesía, contra el autoritarismo que encarceló y esta matando el amor en el mundo. La ideología del sacrificio -que viene de la derecha y de la izquierda, del cielo y del superego- ha convencido a la persona de que amar significa fundamentalmente perder la libertad. Nuestras cotidianas relaciones de poder, dominación y castración, han hecho rimar definitivamente amor con dolor. En "Ama sin vergüenza", el escritor anarkista declara la guerra total a esta ideología destructiva, enfrentándole otra, natural y ecológica: la ideología del placer . En medio de esta lucha, en función de ella, creo la Soma, terapia y pedagogía holisticamente libertaria, con la que combate ya hace casi veinticinco años

La Profesía

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Norma, Sebastián y Carlos (foto póstuma de mi gran amor) Como diria José Sacristan: " Solos en la madrugada ", aunque debería establecer en mi caso: "Sola en la madrugada", transitando mi camino de reflexión o mejor dicho y sincerandome ante mi pantalla: reconstruyendo los pedazos. Y en ese gran collage a nuevamente darle una imagen busco retazos, recortes para ir nuevamente organizando mi panel interior... Entre esos recortes al azar hoy me llego esta foto de apenas unos días atras en casa de mi amigo Sebastián. En ese momento era para Petinato Idolo para enviarsela por mail pero... es el ultimo recuerdo que desde la imagen tendré para recordar todo un pasado... Y yo absurda e infantil haciendo la L de looser, yo desde mi ingenuidad poniendole el broche de oro: soy una looser afectiva pero coherente con lo que siento y pienso, los ganadores serán los otros pero como diría mi heroe de mi adolescencia, Don quijote de la Mancha (otro gran looser) quien me quita la po

La Soberbia

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SEGUN EL FILOSOFO FERNANDO SAVATER La soberbia no es sólo el mayor pecado según las escrituras sagradas, sino la raíz misma del pecado. Por lo tanto de ella misma viene la mayor debilidad. No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el no reconocer a los semejantes . Quizá lo más pecaminoso de la soberbia sea que imposibilita la armonía y la convivencia dentro de los ideales humanos. Nuestros destinos son enormemente semejantes: todos nacemos, todos somos conscientes de que vamos a morir, todos compartimos necesidades, frustraciones, ilusiones y alegrías. Que alguien se considere al margen de la humanidad, por encima de ella, que desprecie la humanidad de los demás, que niegue su vinculación solidaria con la humanidad de los otros, probablemente ése sea el pecado esencial. Porque negar la humanidad de los demás, es también negar la humanidad de cada uno de nosotros, es negar nuestra propia humanidad. No hace falta remontarse a la teología para

Resolviendo ecuaciones de vida

El problema es resolver la forma de vincularnos y eso a veces nos lleva toda una vida. Traemos incorporados un bagaje de mandatos y de lecciones aprendidas desde nuestra infancia que nos resulta imposible resolver cuando nos enamorarnos. Nos involucramos una y otra vez con personas equivocadas que creemos que amamos y que nos aman pero no es así y la rueda de dolor comienza (luego de haber tocado el cielo con las manos de tanta felicidad!). El sentimiento de abandono de nuestros padres, nuestra autoestima construída con reprobaciones de nuestros padres, admirar a figuras parentales o modelos famiiares de maltrato y violencia, nos llevan a un deambular permanente en nuestras vidas afectivas buscando que se nos quiera y se nos apruebe (premio-castigo). Creemos encontrar nuevamente un objeto de amor lo más alejado a lo que nos hace doler y con el tiempo vemos que el resultado se repite: la rueda de dolor, llanto, desconsuelo, maltrato, desamor comienza a girar nuevamente. La angustia y la