Olores, sabores, recuerdos


Por esas casualidades del destino, Luis, que sabe que fumo y armo mis propios cigarrillos, encontró en el colectivo un paquete de despuntes y tabaco Avanti.

Y el recuerdo surgió de ese baúl inmenso de la memoria materializándose en la figura de mi Tío Victorio, un pariente (amigovio amante oculto —nunca se supo— de mi tía Teodomira) conocidos de muchos años atrás, cuando vivían en un conventillo de inmigrantes y que continuaron toda su vida juntos en distintas casas de alquiler por Chacarita viviendo en habitaciones separadas.

Victorio era un tano de ley, un estereotipo del sainete, con su pipa y su olor fuerte a tabaco, sus discos de pasta de Tito Schipa, su amor por la ópera, la canzonetta y los relatos infaltables de la guerra del catorce en donde él había participado y donde también conocía Albania pero que, en los últimos años de su ancianidad digna, mezclaba con la serie del zorro que veía y del cual era fanático.

Esos recuerdos imborrables y fascinantes para la mente de una niña y de sentirse extrañada que, cuando sonaban los truenos en un domingo de tormenta, mientras en la mesa familiar mi tía servía los fideos amasados caseros y el chivito al vino blanco, él se asustaba porque le recordaban los cañonazos en las trincheras.

Toda la vida mi tía y él se trataron de usted, jamas vi una ternura, un abrazo, sin embargo cuando mi tía falleció —en un geriátrico impersonal y sola— él murió al día siguiente sin saber de ello, sólo se fueron juntos... amores de toda la vida.

Su conocimiento del albanés se limitaba a palabras que me enseñaba en esas tardes de domingo: "nema nema" era decir no pero movía la cabeza diciendo sí, decía que era al reves, había luchado con gorilas, con alemanes, era king kong... y toda la tarde hablaba y hablaba inventando o contando historias mezcla de realidad y fantasía mientras fumaba su pipa y la llenaba con despunte de avanti.

Y hoy, cuando prendí el tabaco y lo olí... "el Tío Victorio" se materializó y escuché su voz, vi su imagen... en ese cielo inmenso seguramente acompañado de mi Tía Teodomira... mi recuerdo se cristaliza en realidades olvidades mientras fumo el despunte de avanti y mi casa se llena de su aroma.

Tío te dejo una picardía que seguramente te habría gustado pero, como era una niña, nunca te lo podría haber acercado a decir en el oído:

(Extraído de un foro sobre pipas de alguien que recordó a su abuelo italiano) transcribo:

El nombre del tabaco trajo en mí, recuerdos tanos de mi querido abuelo, que siempre lo decia....

Si la vitalita e grande e tutto va bene…
Avanti con il pene.

Ma, si la situazzione e dificile e la forza mengua…
Avanti con la lengua.

Si questa posizione si torna imposibile e tutto intento e inhumano…
Avanti con la mano.

Ma, si niente funziona… e tutto e nulo…
Avanti con il culo.

Ma, Avanti… sempre avanti, A tutti !!!

Aún hoy despuntes y tabaco Avanti existen y su aroma vuelve a la vida a la gente querida en mi corazón de niña.

Comentarios

  1. Qué linda y a la vez triste historia Normis...
    Pero qué loco como una simple cosita puede hacernos viajar tanto en el tiempo! ¿No?

    Te dejo un besazo ENORME,te quiero!

    Fede

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  2. Recordar es vencer a la muerte, obligar al tiempo a retroceder. Y usted lo ha logrado con tan lindo relato.
    Buscaba información sobre tales despuntes y llegué hasta acá de casualidad. No me arrepiento. Saludos.

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