Carl Brashear, una historia verídica


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La historia de Carl Brashear es muy conocida, casi legendaria, en los ambientes navales de Estados unidos. Antes de retirarse, se convirtió en el primer Comandante en Jefe y Buzo de alta mar afroamericano en la historia naval de ese país, a pesar de un accidente que lo dejó lisiado.

La lucha de Brashear para unirse a la singular unidad de buzos de alta mar de la Marina y alcanzar su puesto más alto fue un reto personal. Brashear nació en 1931, era hijo de un familia de campesinos en Sonora, Kentucky. En 1958 se unió a la Marina a la edad de 17 años; el mismo año en que el presidente Truman abolió la segregación en la milicia de los Estados Unidos. Pero el lugar no era lo que esperaba. De pronto se encontró asignado y confinado a una galera, como todos las personas de color y filipinos de la época. Pero una vez que observó la especialidad del buceo de alta mar, Brashear se comprometió consigo mismo en hacerla su profesión, que era inaudito para un marinero de color en aquella época.

Una vez admitido en la Escuela de Buceo de la Marina en Bayonne, Nueva Jersey, Brashear tuvo que sobreponerse a las limitantes de una educación que solamente lo llevó hasta el 1er año de secundaria. Su espíritu indomable le permitió resistir a la adversidad y la exclusión. La mejor respuesta a los obstáculos que enfrentaba era simple: trabajar incansablemente.

Brashear lograría una notable carrera como buzo de la Marina. Incluso después de haber perdido en 1966 la mitad de una pierna durante el rescate de una ojiva nuclear en el Mediterráneo. A través de su extraordinaria fuerza de voluntad, convenció a los dudosos oficiales navales que era capaz de cumplir sus funciones, incluso con su amputación. De hecho, no solamente continuó buceando, sino que también se certificó como buzo especialista. En 1998, se convirtió en uno de los siete hombres reclutados en la historia, en ser condecorado en los archivos navales.

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