Cifras estremecedoras

Tuve el placer de leer el Blog de Víctor Ramírez: ¿Hoy qué es: Ayer o Mañana? una persona maravillosa que tengo el placer de conocer. Su trabajo comprometido en la Prevención de vih/sida y en la defensa de los derechos de la comunidad lgttbi de la zona Oeste de Buenos Aires y me topé con una serie de datos que estremecen:


En el Muñiz los chicos con vih se internan de manera programada, cada tres meses, durante medio día. El equipo del Muñiz ofrece sostén emocional y un espacio de contención psicológica abierto a padres e hijos, desde una perspectiva que rompe con lo tradicional del “paciente desvalido” frente al “profesional todopoderoso”. Y trata de ayudarlos a tejer su propia historia. En el plan de internación abreviada hay 260 chicos en seguimiento y más del doble ya pasaron por el programa.

La mayoría de los chicos con vih se infectaron de sus madres, durante el embarazo, el parto o la lactancia. La buena noticia es que existen tratamientos que reducen al 2% el riesgo de esa transmisión vertical, y la pésima –demencial– es que 1500 chicos por día se siguen infectando de vih en el mundo porque sus madres no acceden al diagnóstico o al tratamiento. Solo en el 2006 se infectaron con vih 540.000 chicos menores de 15 años. Una sexta parte de las muertes relacionadas con el sida en el mundo son de niñas y niños que no llegaron a cumplir los 15, pero pocas veces se los menciona en las encuestas. Según la UNICEF, todos los años 300.000 niñas y niños menores de cinco años mueren por enfermedades relacionadas con el sida. Hasta hace poco ni siquiera se contaban las niñas y niños afectados por las consecuencias de la enfermedad, por ejemplo, quedarse sin padres por el virus. O quedarse con el virus.

FUNDAMIND (Fundación Asistencial Materno Infantil de Ayuda a Niños Carenciados y Discapacitados) dio a conocer en los últimos días un estudio preocupante: La mitad de los argentinos infectados con HIV en la adolescencia abandona el tratamiento. El informe contempla la realidad de niños y adolescentes de entre 12 y 22 años, que conviven con el virus y asisten a hospitales públicos, programas oficiales y organizaciones no gubernamentales que trabajan en el tema.

El informe de FUNDAMIND advierte que los jóvenes que adquirieron el virus en la adolescencia tienen más riesgos de abandono que los que se infectaron por transmisión vertical. Las estadísticas señalan que, de cada 100 jóvenes de entre 16 y 22 años que viven con el virus, alrededor de 20 abandonan el tratamiento y 50 tienen graves problemas para continuarlo correctamente. La adherencia a una medicación de por vida es compleja y ardua para los adolescentes y suelen ser la población que más necesita del apoyo brindado por una terapia psicológica adecuada.

Comentarios

  1. Anónimo9:36 p.m.

    Gracias Xelda por tu comentario sobre mi blog.
    Desgraciadamente, por razones que allí explico (o intento) estaré ausente por un tiempito.
    Te mando un beso y un abrazo enormes.

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