Una bruja emplumada en el Tzolkin


Ahí está desnuda de afectos,
llora desconsolada la pobreza de las intenciones.

Se confunde en palabras, se esconde como niño en límites de una razón que desiste.

Se fue el nido y volaron las ilusiones, un sistema anacrónico la tiene en el suelo despedazada, escondida... no tiene refugio, la mudanza del alma no encuentra explicaciones.

Descalza y con frío, gime silente el fragmento despellejado de su cuerpo, mutilados los miedos nadie repara en el giro de su partida.

Cae la lluvia nocturna y se refugia en ella, los brazos se cierran, los ojos caen abatidos a los soles que vendrán.

Los oídos dormirán abiertos, en el cielo buscará querubines le tejan nuevos pies a un óvulo moribundo que de la tierra fue.


Por Jaqueline Lagos

Comentarios

  1. Anónimo7:16 p.m.

    Agradecida hayas tomado ese trozo de "Una Bruja Emplumada en el Tzolkin" novela que escribí bajo el telar sagrado de las sincronías...y una promesa que hice conmigo.
    Desde Osorno-Chile, recibe un abrazo fraterno.
    Jacqueline Lagos

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