Prohibido suicidarse en primavera

En primavera caen las hembras melancólicas al río(...)
Hay veces que septiembre es una fuga de mujeres pálidas
menstruando sin piedad en las escalinatas de los muelles. Luego se arrojan
distraídamente.
Nunca más se les ve.
Mónica Sifrim

Llama la atención el hecho de que varias mujeres que se destacaron en las artes o en las ciencias hayan fugado de la vida (¿voluntariamente?) y en primavera. Alfonsina Storni entró a su amado mar el 25 de octubre de 1938. Tenía cuarenta y seis años. Virginia Woolf, en marzo de 1941, plena primavera europea, se suicidó a los cincuenta y nueve años. Alejandra Pizarnik tenía treinta y seis cuando, adormeciéndose con barbitúricos, murió el 25 de septiembre de 1972. Durante el mes de noviembre de ese mismo año y teniendo sesenta y dos, Arminda Aberastury, la prestigiosa psicoanalista de niños, también interrumpió su vida mientras Marta Lynch lo hizo, violentamente, el 8 de octubre de 1985 y a los cincuenta y cinco años. Y el sábado 16 de septiembre, en un bello día anticipo de la pasada primavera, otra mujer, la bailarina. Ana Itelman, a los sesenta y tres años recién cumplidos hizo "la última reverencia". Cuántas otras, también famosas o que han quedado solamente en la memoria de los suyos y en los registros de alguna comisaría, habrán buscado la muerte de manera voluntaria. De diferentes generaciones y con distintas historias, todas fueron mujeres que sufrían. Intentaremos develar algunos motivos de tan intenso sufrimiento.



El frío de la depresión



Las personas depresivas sufren más que otras el frío, quizás porque una muy primitiva sensación de soledad -falta de contacto corporal- las invade. La depresión se acomoda, se ajusta al invierno, como si estuvieran hechos una para el otro. Es frecuente que los primeros indicios de depresión surjan en el otoño y que en el invierno el depresivo termine hundido en el pantano de la tristeza. No salir, no levantarse es como refugiarse en el calor del vientre materno. Pero este es un engaño de la fantasía: en el verdadero vientre se está para crecer y nacer. En el falso, no se produce más que deterioro de potencialidades y vínculos. En una palabra, parálisis.



La primavera y sus brotes



No solamente las flores y el amor brotan durante la primavera. También se agudizan las crisis alérgicas e irrumpen graves conflictos psíquicos. La persona depresiva deja la cueva que le había servido de refugio. La movilidad regresa, la parálisis queda atrás. La víctima de la depresión no tiene fuerzas para nada pero ahora, en la primavera, recobra sus energías. Por eso corre peligros de suicidarse ya que cuenta con fuerzas para hacerlo. Y así como en el invierno la persona depresiva buscó en el encierro el calor del vientre materno, en la primavera puede recurrir al suicidio con la creencia inconsciente de que, así, volverá a entrar en su madre.
Son muchos los psicoanalistas que pensamos que la persona depresiva busca matarse para no morir. La muerte significa para ella refugiarse de una vez y para siempre en una vida sin dolor y sin tiempo. Como en aquél País del Nunca Jamás donde Peter Pan se refugia, país en el que no existen ni la vejez, ni la muerte, ni el dolor, ni el tiempo. Es el ilusorio país de la eterna juventud y de la inmortalidad.



De qué huir



En otra oportunidad (Diario Clarín, 6/7/90) señalamos que la depresión en la mujer adquiere una dramática propia debido al sistema de ideales que en ella se encarna y que lleva grabado a fuego en su inconsciente. No siempre los ideales son metas elegidas con libertad. A veces son mandatos, consignas que deben ser obedecidos con sumisión. Transgredirlos es delito. La mujer debe ser bella y siempre joven, ese es el "eterno femenino". también esposa devota y, tantas veces, sombra de un hombre. Además, madre sacrificada y sin sentimientos contradictorios. Es dificil para ella tener un mundo propio sin sentirse culpable.
Los ideales que son impuestos y que no pueden realizarse o los que, por difíciles de mantener, se pierden (por ejemplo, la juventud) son motivo y razón para que la depresión se desate. La culpa, los reproches, el remordimiento y las frustraciones van estructurando en el interior de la personalidad de la mujer depresiva un personaje persecutorio de singulares características. ¿Con qué la acosa? Si no es bella y joven ni es femenina ni es mujer. Sino se resigna a florecer a la sombra de su hombre, es mala esposa. Si se desarrolla y surge en un mundo propio, es mala madre porque abandona a sus hijos. Si, en cambio, se dedica exclusivamente a ellos, su vida perderá sentido cuando estos hijos crezcan: nadie la necesitará más. Y si no se ha casado será una solterona frustrada o quien sabe cuántas cosas peores aún. El personaje interno que la acosa a la mujer no sólo se nutre de los valores de la sociedad y de la época a las que se pertenece sino que también suele ser incentivado en su peligroso vigor por alguna persona real del mundo exterior que denigra y acosa. Presionada, acorralada, la mujer depresiva puede buscar matarse para intentar vivir.
Cuando el sistema de ideales se estructura de manera flexible y la mujer sabe y siente -desde niña- que ella y nadie más que ella es dueña de su propia vida, el personaje persecutorio tenderá a esfumarse. En el caso de ideales rígidos y dogmáticos, se trata de desmantelarlos para que la persecución, ya estructurada, pierda fuerza. Así, con una mujer que es dueña de sí misma y libre para elegir, queda garantizado el disfrute de esta vida. La única que con certeza tenemos y que florecerá, una y otra vez, en cada primavera.




Prohibido suicidarse en primavera de Alejandro Casona

Comentarios

  1. Anónimo10:47 p.m.

    Yo lo único que sé, es que mujeres como vos (no reconocidas por nadie) son unicas. Quizas su karma en esta vida es esa. Pagar el hecho de dar y no recibir. Onda madre teresa de calcuta (no es tu caso) pero de alguna forma sos mas que mujer. Tipo amazona. Yo te quiero. Y si bien todos te queremos, cometemos el mismo pecado juntos: De no saberte debil en algún momento. Espero poder ser parte del cambio en ayudar a que eso no suceda. Sabes que siempre al 'final' yo te cuido.

    Besos
    Bebu

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