LA MUJER MADURA

Por Graciela Moreschi

Antes , la edad brindaba privilegios que compensaban ciertas pérdidas naturales. Hoy, endiosamos la juventud negando sus dificultades. Es que la experiencia parece no importar porque la realidad presenta situaciones permanentemente nuevas y cambiantes. Pareciera que nadie advierte lo eterno de la problemática humana, ni tampoco se valora la perspectiva que adquiere la mirada. Los valores que importan están ligados a la juventud, pero los maduros tenemos tres caminos.
• Negar nuestra edad y hacer movimientos desesperados para disimularla.
• Asumirla burlonamente con cínicas bromas sobre nuestras carencias.
• Intentar rescatar el camino transitado y los frutos que nos han dejado.
Yo prefiero esta última opción. Considero que cualquiera de las anteriores socava nuestra estima y termina por lastimarnos muy profundamente.
Lucir como de treinta no solo nos detiene y acartona ]( es evidente el endurecimiento de algunos rostros que han perdido gestos y naturalidad) , sino que nos condena a perder ante cada una que realmente tenga esa edad.
Bromear con lo que afloja, lo que cae , lo que se pierde, es apuntar sólo al vaso vacío.
Por qué no decir que en la madurez uno está en mejores condiciones de disfrutar. La vida está ya construida , se sabe con qué se cuenta, y es probable que se haya admitido y aceptado lo que no. Ya pasó la época de las incertidumbres, la ansiedad , y la comparación con los otros. En la madurez uno sabe quién es . Tiene otra mirada más abarcativa sobre los problemas, y además la invalorable experiencia de saber, al menos que todo pasa.
Hay una poetiza que describe como nadie este momento. Se llama Gioconda Belli y trascribiré un poema que se llama:
“Apogeo”
"Hoy me siento como un árbol/ que se supiera mujer/ YA no quebradiza rama/ sino profunda intuición/ y sólida certeza / de saber dónde es que estoy .
Las raíces de mi cuerpo / ha bendecido el amor / He florecido en la espuma / regada por la pasión / por el semen generoso de la vida/ y del dolor.
Aprendí que las derrotas / cicatrizan como heridas / y que se vuelve a la lucha/ si se retoman las bridas.
Hoy me siento como un árbol / que se supiera mujer.
Alta fuerte, bien vivida/ y en plena madurez"

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